30/04/1963 – 24/11/2022
Querido esposo y papa:
Nos quedamos con tantas cosas que no pudimos decirte, tantos momentos que nos faltaron vivir juntos, tantas historias que jamás contamos, tantos nudos en la garganta y que un abrazo tuyo ya no va a desvanecer.
No sabemos cuánto más extrañaremos tu presencia, no sabemos cuento tiempo este dolor se va a prolongar, las lágrimas solo son muestra de dolor, pero en nuestro interior hay paz, porque sabemos que ya no estás sufriendo y ahora estás en un mejor lugar. Las lágrimas son solo para borrar la angustia, para volver a reír como tú hubieras querido.
Vives entre ángeles y entre estrellas luminosas, mirándonos con amor aún desde el más allá, mientras que nosotros en este mundo buscamos palabras hermosas para poder expresarte cuanto te extrañamos.
Te fuiste al cielo y nos quedamos con una sonrisa fingida, porque desde que te fuiste no hemos vuelto a sonreír como solíamos hacerlo, aún hay días en los que seguimos esperando tu regreso porque tenemos la esperanza de volver a verte, abrazarte y contarte todo lo que hemos pasado. Espéranos allá y apártanos un lugar, porque algún día nos encontraremos nuevamente, hasta entonces nos conformamos con encontrarte en nuestros sueños
Para nosotros nunca va a existir un mejor esposo y papá como el que nos tocó, lo elegiríamos un millón de vidas más. Visítanos en nuestros sueños y platícanos como te va en el cielo, porque nos quisiste con tanta fuerza y bondad que tu amor estará por siempre grabado en nuestra alma. Te amamos por siempre nuestro caballero del aire.
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